Los datos forman parte de nuestra forma de vida, ya sean en formato de fotos, de vídeos, de documentos, copias de seguridad, información de clientes, etc…, la información se va acumulando sin cesar y creciendo a un ritmo vertiginoso.
Esta es la principal de las razones por las que todo tipo de organizaciones empresariales están invirtiendo tiempo y dinero en localizar soluciones seguras, escalables y, sobre todo, fáciles de gestionar. Afortunadamente, ya existe el object storage, una tecnología que ha pasado de ser un término técnico a convertirse en una pieza esencial del día a día digital de las compañías.
El object storage, explicado sin tecnicismos
Para entender este basta recordar que el almacenamiento tradicional organiza los archivos como si fueran carpetas dentro de un armario. Pues bien, el object storage actúa más como una biblioteca infinita donde cada archivo (u “objeto”) tiene su propio código identificador y una ficha con toda la información necesaria para encontrarlo en segundos. Se crea, por tanto, una estructura que carece de jerarquías, permitiendo que los datos se guarden y se localicen de forma más rápida, sin importar su tamaño o ubicación.
Para las empresas que trabajan con grandes volúmenes de datos (contenido multimendia, copias de seguridad, datos procedentes de la IoT…) es un modelo especialmente útil. Plataformas de streaming, redes sociales y servicios en la nube lo utilizan a diario para ofrecer acceso rápido, estable y seguro a sus usuarios, evitando interrupciones y pérdidas de información.
Por qué tantas empresas están migrando a este modelo
Una de las grandes ventajas del almacenamiento de objetos es su capacidad ilimitada para crecer sin complicaciones. A medida que una compañía crece va necesitando acaparar más y más recursos, con este sistema simplemente se añaden nuevos nodos, sin necesidad de reestructuración. Además, ofrece redundancia automática, es decir, los datos se copian en varios servidores, garantizando que estarán a salvo incluso ante un fallo técnico.
A esto se suma el ahorro económico. Las compañías no tienen que invertir en servidores físicos ni en mantenimiento complejo. El object storage se integra fácilmente con otras herramientas o servicios al estar basado en estándares abiertos.
Su popularidad y expansión se debe, precisamente, a que se trata de una solución que combina rendimiento, seguridad y flexibilidad, tres aspectos que hoy determinan la competitividad digital de cualquier organización.
Tipos de almacenamiento de objetos existentes
Para cada empresa una necesidad y, por tanto, un enfoque diferente.
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El público, gestionado por proveedores de nube que ofrecen capacidad bajo demanda.
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El privado, más habitual en empresas que prefieren mantener sus datos dentro de su propia infraestructura.
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Y el híbrido, una opción intermedia que combina las dos anteriores y permite mover datos de un entorno a otro según las circunstancias.
Esta última modalidad es, sin duda, la más popular hoy, ya que da libertad total para decidir dónde y cómo guardar la información en cada momento.
El futuro del almacenamiento está en la nube
Como cabe suponer, por las ventajas que conlleva, aumenta el número de proveedores que prefieren ofrecer soluciones avanzadas en este campo. Un buen ejemplo se encuentra tras la página https://www.ovhcloud.com/es-es/, una compañía europea que se ha ganado la confianza de miles de empresas gracias a un enfoque transparente, rendimiento y compromiso sin igual con la soberanía digital. Sus servicios de almacenamiento de objetos están diseñados para garantizar máxima seguridad sin renunciar a la velocidad ni a la simplicidad.
El object storage es, en definitiva, una herramienta al alcance de cualquier empresa que quiera crecer sin miedo a perder control sobre sus datos.
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