El aumento de temperaturas medias en la provincia de Málaga no solo afecta al turismo y la agricultura: también está provocando un repunte en la proliferación de plagas urbanas, especialmente en zonas costeras y núcleos densamente poblados.
Ratas, cucarachas, termitas e incluso especies invasoras, como el mosquito tigre, encuentran condiciones cada vez más favorables para su reproducción. Esto ha obligado a comunidades de vecinos, comercios y administraciones locales a reforzar las acciones preventivas y los planes de control profesional.
Empresas especializadas como Framisan están liderando la implementación de tratamientos sostenibles y tecnologías avanzadas para combatir estas amenazas, garantizando entornos más seguros y saludables para la ciudadanía. Su enfoque combina diagnóstico técnico, productos respetuosos con el medio ambiente y seguimiento personalizado.
Además del aspecto sanitario, el control de plagas en Málaga se ha vuelto clave para proteger la imagen turística de la ciudad y la integridad de infraestructuras históricas, donde termitas y xilófagos pueden causar daños irreparables si no se detectan a tiempo.
Un desafío en evolución
El panorama actual exige una concienciación colectiva sobre la importancia del mantenimiento preventivo y la contratación de profesionales acreditados. Apostar por soluciones eficaces no solo resuelve un problema puntual, sino que protege viviendas, comercios y espacios públicos a largo plazo.
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