Preparar una buena salsa de tomate para pizza es clave para lograr una base sabrosa, equilibrada y que no humedezca en exceso la masa. Aunque en el mercado existen muchas opciones envasadas, una salsa casera marcará la diferencia en el resultado final de la pizza.
¿Qué tipo de salsa es ideal para pizza?
La salsa de tomate perfecta para pizza debe tener una textura espesa y concentrada, ya que el exceso de líquido puede afectar al horneado. Por eso, lo ideal es utilizar tomates bien maduros y cocinar la salsa a fuego lento o, en su defecto, escurrirlos cuidadosamente si se opta por una preparación en crudo.
Ingredientes básicos para una salsa auténtica
Aunque hay muchas variantes, la receta más tradicional requiere pocos ingredientes:
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Tomates maduros (o tomates pelados en conserva)
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Aceite de oliva virgen extra
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Sal
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Albahaca fresca u orégano
No es necesario añadir azúcar si se utilizan tomates de buena calidad y en su punto óptimo de maduración. En caso de optar por una receta napolitana, conviene emplear tomates San Marzano o en rama por su menor contenido en agua y sabor intenso.
¿Salsa cocinada o cruda?
Ambas opciones son válidas. Si se busca una salsa más densa, la cocción es recomendable para reducir el contenido acuoso. Por el contrario, si se quiere una preparación rápida, se puede optar por una salsa de tomate para pizza sin cocinar, triturando los tomates escurridos y añadiendo aceite y hierbas al gusto.
Receta rápida para usar al momento
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700 g de tomates pelados y sin pepitas
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2 cucharadas de aceite de oliva
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1 cucharadita de sal
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Albahaca fresca
Tritura los ingredientes hasta obtener una mezcla espesa. Puedes conservarla en la nevera durante unos días o congelarla para futuros usos.
Conclusión
Una salsa de tomate casera puede elevar el sabor de cualquier pizza hecha en casa. Si no puedes prepararla, también puedes disfrutar de pizzas artesanas auténticas con salsa casera en Pizzería Tradizione Italiana, donde se elaboran con ingredientes seleccionados y masa tradicional.
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