La limpieza del hogar es una tarea que requiere de bastante esfuerzo y tiempo. Y lo cierto es que hay algunas partes de la vivienda que resultan más complicadas de limpiar que otras. Una de las peores en ese sentido es el baño, sobre todo si se quieren dejar como nuevos los azulejos de la ducha y la bañera. Aunque existe un truco para facilitar su limpieza.
Lo habitual a la hora de limpiar los azulejos es recurrir a productos específicos de limpieza para ellos, lo que suele facilitar enormemente el trabajo a realizar. Sin embargo, también hay otros ingredientes muy fáciles de conseguir con los que lograr un resultado prácticamente inmejorable. Algo que, unido a ciertos consejos, te permitirán dejar los azulejos tan relucientes como el primer día.
Para empezar, es imprescindible dejar que la humedad se seque antes de limpiar. Una vez seca es recomendable aplicar vinagre mezclado a partes iguales con agua de forma pulverizada sobre los azulejos. Tras dejar actuar la mezcla durante unos minutos bastará con pasar, frotando, un paño o papel humedecido con agua para acabar con toda la suciedad de una pasada.
Si las juntas quedan sucias aún con este método puede utilizar bicarbonato para que recuperen su blancor. Puedes mezclar el bicarbonato con algo de agua o vinagre de limpieza, lo que formará una pasta que se puede aplicar sobre la junta. Una vez aplicada, habrá que frotar con un cepillo y eliminar los restos de producto con papel de cocina.
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