El precio de la energía no para de subir durante los últimos meses. Y ya en pleno otoño, con el invierno cada vez más cerca, el importe de las facturas del gas y la electricidad son cada vez más altos. Sin embargo, existen algunas actuaciones que podemos llevar a cabo para reducir las cantidades que pagamos por ello.
Lo cierto es que, más allá de las típicas recomendaciones de apagar las luces al salir de una habitación, existen muchas otras cosas que nos pueden ayudar a ahorrar energía. Una de las más importantes tiene que ver con la climatización del hogar, que es una de las cosas que más energía consume a lo largo del año. Sin embargo, no es lo único que podemos hacer para gastar menos.
Una temperatura adecuada
Lo primero que debemos tener claro es que la temperatura de confort en invierno nunca debe ser superior a los 23 grados. De hecho, con una temperatura de 21 grados debería ser suficiente para estar cómodo en casa. De hecho, cada grado que aumentemos en el termostato implica un sobrecoste de entre el 7% y 10%.
Y si hablamos de verano, una actuación adecuada sería encender el aire acondicionado antes de que la casa esté demasiado caliente. Esto hará que el esfuerzo de la máquina para llegar a la temperatura seleccionada sea inferior, lo que se traducirá en un menor consumo.
Electrodomésticos
En lo relativo a los electrodomésticos resulta imprescindible comprar los que cuenten con las mejores etiquetas energéticas. De hecho, la recomendación de los expertos es cambiar los antiguos con cierta frecuencia para optar por los nuevos, que son más eficientes y a largo plazo resultarán más rentables.
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